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El mal llamado efecto suelo de la fórmula uno fue descubierto por un físico Italiano en el siglo XVIII

A finales del siglo XVIII el físico Giovanni Battista Venturi demostró que a medida que un fluido (En este caso aire) aumenta su velocidad, disminuye la presión que esté fluido ejerce.

Venturi lo que descubrió es que al disminuir la presión del fluido que gana velocidad, este a su vez atrae o succiona cualquier otro fluido que se introduzca en la zona de succión, favoreciendo la mezcla de ambos fluidos.

Antes de la era de los coches de inyección, este efecto fue universalmente utilizado en la industria del automóvil, puesto que la mejor forma de mezclar la gasolina con el aire, de manera eficaz, era mediante el efecto Venturi.

En el efecto suelo de un fórmula uno, se aplica el mismo principio descubierto por Venturi, pero en este caso, el fluido que pasa por debajo del vehículo (el aire) no succiona gasolina, lo que succiona es el propio vehículo haciendo que tenga lo que se denomina, mayor carga aerodinámica. (Se pegue más al suelo).

Explicar el efecto suelo sin hablar de Giovanni Battista Venturi es como hablar de la gravedad sin mencionar la manzana de Newton. Los beneficios de este efecto todo el mundo los conoce, aunque los perjuicios casi todos los pasan por alto.

Este efecto Venturi, aplicado a los vehículos, tiene un inconveniente que lo convierte en peligroso.

Un vehículo diseñado para mantenerse pegado al asfalto mediante este efecto corre el riesgo de que al atravesar baches o zonas de la carretera en las que el coche se separe del asfalto, pierde la capacidad de adherirse y no solo eso.

Como explicamos cuando mencionamos el efecto Venturi, el fluido (aire) que pasa por debajo del vehículo, en este caso, circula por un «conducto» formado entre el asfalto y los propios bajos del vehículo, que son totalmente planos.

La peligrosidad la encontramos cuando el aire reduce la velocidad por la parte inferior del vehículo al verse entorpecido por irregularidades del terreno o rebotes del propio monoplaza que alteran o dificultan la circulación del aire, que a su vez provoca un aumento de la presión por la parte inferior del vehículo.

Por otro lado, al ser tan aerodinámicos, el aíre comienza a circular más rápido por la parte superior del monoplaza, provocando, en este caso, la succión en la parte de arriba. Y el resultado lo podemos ver en el vídeo.

El efecto Venturi no solo lo aplicamos a los vehículos de fórmula uno, también lo aplicamos al efecto de sustentación de los aviones.

La geometría de las alas facilita la circulación del aire por la zona superior del ala (mayor velocidad del aire) y la dificulta por la parte inferior (menor velocidad del aire), provocando una disminución de la presión en la parte superior y por lo tanto, una succión hacia arriba. Esto es lo que provoca que el avión se mantenga en el aire.

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